domingo, 20 de noviembre de 2011

SAETERO DE HOY APRENDE A CANTAR SAETAS



HISTORIA DE LA SAETA
Desde 1503 hasta 2011:
Desde 1503, se sabe que existe  LA SAETA,     que su cometido fue y es en la actualidad explicar y narrar todos los pasos de La Pasión de Cristo,   como si cada paso fuera una fotografía,  era y es,  el reconocimiento a Cristo que lo dio todo hasta su propia vida por nosotros.
Por lo que los cantaores de Saeta siempre lo hacían desde el suelo, como respeto a Dios,  estos nunca se ponían a su misma altura, siempre el cantaor estaba en un plano inferior,  pues los pasos de Semana Santa que salen en los desfiles procesionales de las cofradías,  desde aquel entonces salen a la calle,  siempre va destacado el Señor, o sea en alto, esto ocurre por ser la representación de Dios en la Tierra,  por lo que el cantaor estaba siempre en el suelo y siempre por respeto se quedaban en ese plano inferior.  Estos siempre cantaban para enternecer al pueblo llano sobre aquella historia conmovedora y que ha lastimado a tantos seres en la tierra ya que es la historia más contada desde hace 2000 años.
Los cantes eran autóctonos de cada pueblo o ciudad de esta tierra nuestra que es  Andalucía, existen un total de veintisiete Saetas antiguas o llanas y cinco nuevas o Flamencas, las antiguas son de Córdoba y de los pueblos de Marchena, Cabras, Puente Genil,  Arcos de la Frontera y otros pueblos menos renombradas,  estas son las más antiguas, En Marchena existen hasta doce Saetas distintas, hay una hermandad que los nazarenos llevan un lienzo cogido con las dos manos y cada una va cantando la Saeta que corresponde a la imagen de la pasión que lleva en su lienzo. Las de Arcos de la Frontera dicen que son muy antiguas.  
  
Hasta los años 1860-1906, se sabe que fueron cantadas aquella saetas antiguas y llanas, y aún hoy se siguen cantando, desde aquellos mismos años se conoce el documento más antiguo de la Saeta moderna o flamenca.
Esta con su Saeta por Seguiriya que es la que crea e incorpora a la Semana Santa, el mundo del cante flamenco con su sentimiento, que coge su punto más elevado de fama y popularidad en los años que van desde 1920 a 1930, ya en la famosa calle de La Sierpes de Sevilla,   tenia días en la semana mayor, que se cantaban hasta cincuenta o sesenta saetas, es cuando a los cantaores flamenco los contrataban en Sevilla para cantar Saetas durante toda la Semana Santa, y se cuentan en los periódicos de la época, (pueden investigar en la Hemeroteca sevillana), que los propios sevillanos cuando se enteraban de donde, cuando  y  a  que cofradía le cantaban o iba a cantar un cantaor famoso como Manuel Vallejo, Manuel Centeno, El Gloria, La Niña de la Alfalfa, Pepe Pinto, La Niña de los Peines, estos los sevillanos se agrupaban y compraban el arrendamiento de las sillas, por hora o por día,  aunque estas sillas,  los encargados se las subieran de precios. Fijaros a qué altura estaba valorado en aquella época las Saetas.
Saetas que en su ejecución eran como su propio nombre indica, raudas veloz valientes y cortas en su recorrido,  pues si escuchamos algún disco de aquella época veremos que no suben más de 2,08 ó 3,05 minutos de duración,  por lo que yo Saetero de Sevilla Pepe Medina denuncio y reclamo a los cantaores de la actualidad que deparen, recuerden y escuchen a aquellos cantaores para aprender de todos los que en aquella época cantaban Saetas. 

En la actualidad los cantaores de Saetas no tienen conocimiento de esto que estoy explicando aqui y ahora,  por lo que pido que vuelvan a tener conocimientos exactos de lo que cada cante flamenco exige en su tono y recorrido,  pues hoy se escuchan saetas en semana santa que parecen seriales y no es así, ya que la saeta tiene tonos muy alto fuerte y valiente, la transformación de aquellos tonos altos y fuertes a pasado a ser reposados y alargados,  su tercios con muchos descansos para poder llegar a seis minutos de ejecución,  si esto es demostración de fuerza están equivocados,  pues lo primero que pierde LA SAETA es la altura del tono de voz que cada cantaor debe de exponer, y saber que tiene que darlo todo, todo lo que tiene dentro para encontrándose a sí mismo